martes, 1 de octubre de 2013

Tres Bolígrafos- Ignasi Aballí





                                                
                    


Tres Bolígrafos es la obra de Ignasi Aballí que se expone dentro del proyecto expositivo Art Dos Punts, actualmente en el Macba de Barcelona.



La obra consiste simplemente en tres dibujos a bolígrafo, abstractos, cada uno realizado dentro de un área de superficie diferente hasta conseguir acabar completamente la tinta. Dependiendo de la superficie el dibujo quedará más claro o más oscuro, más denso o menos.



Pura simplicidad, algo tan nimio como cuando aburridos nos ponemos a hacer garabatos con un lápiz mientras hablamos por teléfono, cuando estamos en una conferencia; ese sencillo gesto se transforma en una obra colgada en un museo.

¿Que lleva a Ignasi Aballí a realizar este tipo de obras donde parece que no hace nada o que lo que hace nos da la sensación de que no tenga ningún valor?

La obra de Ignasi Aballí se ha caracterizado desde sus inicios por una reflexión sobre la pintura  y su imposibilidad, y como artista ha pasado de la pintura tradicional a buscar una desmaterialización de la misma, investigando sobre ella y sus límites. Experimentó con la luz, con el polvo, con el tiempo y los elementos, quedándose fuera del acto creador y esperando que ellos plasmaran la obra.

Hay varias obras que se relacionan muy directamente con Tres Bolígrafos.
Quisiera primeramente nombrar Malgastar, esa obra que consistió en comprar una gran cantidad de botes de pintura blanca y dejarla secar, sin utilizarla para nada. Aballí nos dice “Por un lado quería explicar el uso negativo o incorrecto del material, en el mismo sentido que lo explica Georges Bataille con su término depense («malgasto»)”. Esta obra es el resultado de la inacción, pero simboliza y lleva intrínseca todo lo que es o no es la pintura, lo que se supone es un artista y el acto de crear y esos momentos de vacío, falta de estímulo y el no saber que hacer con esa pintura.
El artista nos dice “Con mis trabajos lo que pretendo es confrontar al espectador con un vacío, con una sensación de inmaterialidad, de falta de obra, que creo que es lo que le puede provocar algún tipo de reflexión sobre lo que le rodea, sobre el momento en que le ha tocado vivir”
Evidentemente la obra Tres Bolígrafos también es un “malgasto”.
La cotidianidad también es algo que determina e interesa mucho a Ignasi Aballí.
Utiliza materiales de uso cotidianos como herramientas y medios para sus obras, y la actividad mínima, el gesto minúsculo, y las modificaciones más imperceptibles, con el tiempo como aliado, conforman el grueso de su obra y la determinan.
Es lo que Perec, escritor que le interesa muchísimo , llama “el murmullo de fondo” de la cotidianidad, lo “infraordinario”
Su máxima es “Hacer más con menos”.

Entonces otra obra con la que se relaciona Tres Bolígrafos es Pols. El taller de Aballí se caracterizaba porque era muy difícil de mantener limpio y se llenaba enseguida de polvo.  Cuando dejaba un papel sobre una mesa acababa completamente cubierto de polvo. En cierto momento se planteó buscar otro taller, más limpio, o utilizar el polvo como material de trabajo, y así lo hizo. Reflexionó sobre el polvo como material de síntesis, que todo acaba transformándose en polvo. La obra consiste en el polvo acumulado sobre una tela durante 10 años.
Podríamos decir que esta obra es una re-contextualización de algo tan insignificante y cotidiano como el polvo y lo eleva a unos niveles de obra de arte.

Otras obras a destacar sería las series con Tipp-ex (Corrección, Gran error). Aballí nos dice “Hay varios trabajos que surgen de ese estado casi de aburrimiento, de no tener nada que hacer excesivamente importante, para llenar las horas. Un día, por ejemplo, observaba que había un bote de corrector Tipp-Ex sobre la mesa; lo abría, experimentaba con su contenido, y después pensaba que podría ser interesante hacer algo con ello”. Y lo hizo.

Podríamos decir que a grandes rasgos lo que caracteriza la obra de Ignasi Aballí es esa afección por la cotidianidad y todo lo que le atañe, tanto en relación con los materiales como con los gestos y actitudes. También el gusto por lo insignificante como medio de creación, todo desde un enfoque conceptual donde, escondido tras lo que nos parece percibir se esconde toda una filosofía del arte cuya base es la necesidad visceral de buscar otras maneras de vivir el arte.

  (Foto Macba)




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