miércoles, 6 de marzo de 2019



LINA BO BARDI DIBUJA

               Sincretismo entre la Casa de Vidrio y la Fundació Joan Miró. Silla Bowl Bardi, 1951

Joana Baygual
Lina Bo Bardi (1914- 1992) fue una arquitecta italo-brasileña, que se formó en Italia, primero en Roma y seguidamente, durante la IIª Guerra Mundial, en Milán. En esta ciudad, debido a que en Europa, durante la guerra “no se construía sino que solo se destruía”. Trabajó en una revista, Quaderni di Domus, como editora junto a Gió Ponti e ilustró numerosas publicaciones con sus dibujos, diseños de muebles, y arquitecturas. Absorbió las corrientes modernistas que provenían del norte, la Bauhaus, las vanguardias surrealistas, el cine neo-realista, y además políticamente se sintió muy involucrada con el partido comunista italiano.
Acabada la IIª Guerra Mundial, en 1946, con su marido Pietro María Bardi, coleccionista de arte, y de quien tomó el nombre, decidió trasladarse a Brasil, un lugar donde muchos conciudadanos italianos habían emigrado, y donde, potencialmente, había un mercado para el arte, a diferencia de la destruida Europa después de la guerra.
Recién llegados a Brasil conocen a Assis Chateaubriand, magnate de la prensa y mecenas, que les convence para crear un museo de arte a la medida del MoMA de Nueva York, pero en Brasil. Concretamente en São Paulo, y allí se traslada el matrimonio, donde ambos trabajarán para ese nuevo museo de arte, el MASP.

                          Proyecto de diorama para el Museo del Instituto Butantã, 1964


Lina Bo Bardi en Brasil, desarrollará su polifacética carrera, diseñando exposiciones, construyendo, remodelando, adaptando espacios para nuevas funciones. Diseñando casas particulares, centros de arte, muebles, etc. Aprovechando todo lo que le podía ofrecer ese lugar, Brasil, lleno de energía,  para colmar su insaciable inquietud e interés. Y siempre pensando que la arquitectura debía estar al servicio de las personas, como creadora de espacios de convivencia y vida. Lugares lúdicos donde poder vivir, disfrutar y jugar, aptos para todas la edades. El arte y la vida estaban profundamente entrelazados en su filosofía de vida.
A Lina Bo Bardi, le interesaba todo lo que representara la creatividad, cualquier expresión de arte popular para ella era tan valiosa como las llamadas Bellas Artes. Por ello, cuando la invitaron a Bahía a dar una conferencia, descubrió la potente riqueza del arte popular de esa zona, el nordeste de Brasil, bastante desconocida para el resto del país. Entonces elaboró en si misma, una “Antropofagia a la inversa”[1]. Como europea, quiso asimilar e hibridarse de la cultura del país que le había acogido, y también presentar a ese país toda esa riqueza creativa, creando un museo, el Museo de Arte Moderno de Bahía, donde poder mostrar, estudiar y conservar  ese patrimonio. La arquitecta idealizó un museo-escuela, para niños y jóvenes, articulando lo erudito y lo popular buscando romper las barreras normalmente establecidas por los museos de arte[2].

                Instalación del Circo Piolín en el Mirador del Museo de Arte de São Paulo, 1972



Y todo lo que hacía lo planificaba a partir del dibujo, como una herramienta para plasmar todas sus ideas y los procesos de desarrollo de sus proyectos. En el Instituto Bardi Casa de Vidrio, en São Paulo, se conservan seis mil de sus dibujos.
Gracias a esta exposición en la Fundació Joan Miró, comisariada por Zeuler Rocha Lima, tenemos una pequeña parte, representativa, de este acervo. Cien dibujos, que descubrimos divididos en cinco temas: Las Plantas, Las Personas, Dibujar diseñando y diseñar dibujando, Ver y Vivir.

En Las Plantas, vemos la importancia que la naturaleza representó para Lina Bo Bardi, y lo que supuso enfrentarse con la frondosidad de la vegetación subtropical de Brasil, que la incluyó en sus proyectos arquitectónicos y en sus dibujos. Y también la influencia que supuso la obra de Antoni Gaudí en sus trabajos, incluyendo formas orgánicas, a raíz de su viaje a Barcelona en 1956.

                                            Vista de la exposición



En Las Personas, descubrimos como Lina Bo Bardi pensaba la arquitectura de forma muy teatral, donde las personas eran las protagonistas de la misma, no los edificios u otros elementos arquitectónicos o decorativos.
Le interesaban principalmente los individuos en estados de interrelación con otras personas, vinculándose unos con otros, conviviendo en los espacios.
Dijo: “Hasta que alguien no entra en un edificio, sube los escalones y toma posesión del lugar en una aventura humana que se desarrolla en el tiempo, la arquitectura no existe”.
En Dibujar diseñando y diseñar dibujando  y en Ver advertimos como su increíble curiosidad y permeabilidad producía escenificaciones de sus proyectos expositivos, probando nuevas maneras diferentes y originales de presentar las obras, sin ningún tipo de prejuicios creando nuevas asociaciones y lecturas.
Y finalmente, en Vivir, donde a partir de sus dibujos, y en la misma escenografía de la exposición, con puntales para presentar las obras, con la cartela detrás, colocados a modo de bosque transitable; con paneles informativos a la manera de cortinas, que dividen los espacios, y con un andamio para exponer otras obras, observamos como sus dibujos reflejaban su filosofía de trabajo, de concepción de proyectos y su inclusiva visión de la arquitectura vivida.
La exposición acaba con un documental que nos proporciona información complementaria para conocer la figura y la obra de esta mujer, Lina Bo Bardi.
Notas:
[1] Manifiesto Antropófago, Oswald de Andrade Revista de Antropofagia, Año 1, No .1, mayo 1928.
[2] OLIVEIRA, Albino. Museo de Arte Moderna de Bahia. Pesquisa Escolar Online, Fundação Joaquim Nabuco, Recife. Disponible en: <http://basilio.fundaj.gov.br/pesquisaescolar_es/>. 

Lina Bo Bardi dibuja, Fundación Joan Miró, Barcelona. Del 15 de febrero al 26 de mayo de 2019.

Publicado en M-Arte y Cultura Visual


CHARLOTTE SALOMON: VIDA? O TEATRO?


Joana Baygual

“Y se encontró frente a la pregunta de si suicidarse
o realizar alguna cosa extremadamente excéntrica”.
Charlotte Salomon
Hasta el 17 de febrero de 2019 tenemos la oportunidad de visitar en Barcelona, en el Reial Monestir Santa Maria de de Pedralbes, la exposición de la obra de una pintora desconocida para la mayoría de nosotros, hasta ahora.
Pero, ¿quién era esta mujer?  Se trata de Charlotte Salomon. Una mujer de origen alemán, judía, de familia acomodada; que nació en 1917 en Berlín y murió en 1943 en Auschwitz, embarazada de 5 meses, justo a su llegada al campo de exterminio.
La conocemos porque entre los años 41 y 42, en muy poco tiempo, pintó al gouache una inmensa serie de pinturas, 782, que hablan de ella y de su cortísima vida, aunque hay fragmentos que no han logrado ser comprobados.
Charlotte Salomon, gouache nº 47. Con la melodía “Ja, die Liebe hat bunte Flügel” (L’amour est un oiseau rebelle), vemos a Charlotte sentada en la cama. 




Podríamos pensar que el holocausto es una parte determinante de su obra, pero no es así. Lo que determina y caracteriza su obra, y lo que la hace valiosísima para todxs nosotrxs es que es una obra completa de vida; un proyecto que, estructurado como una obra teatral, con su prólogo, parte central y epílogo, nos explica su historia y la de su familia, rematando la narración de las historias mediante referencias a la música, textos, que nos ayudan a comprender la obra.
Muchxs tenemos comprobado y conocemos los efectos sanadores y catárticos del arte. Eso fue lo que le llevó a Charlotte a realizar esta obra, de una manera intensa y apasionada. Charlotte descubrió, a través de su abuelo materno, toda la secuencia de suicidios que existió en las mujeres de su familia materna. Su tía Charlotte Grunwald se tiró al río en 1913, su madre Franciska Grunwald se lanzó por una ventana en 1926 y su abuela se suicida en Niza en 1940.
Después de la muerte de su abuela, su abuelo le revela toda la historia de su familia, le dice que su madre no murió de gripe, sino que se suicidó. Esto le provoca tal trauma, se siente tan engañada, que requiere los servicios del Dr. Georges Moridis, que le recomienda pintar para sacar fuera y combatir sus miedos y demonios. No quiere enloquecer y acabar suicidándose como las mujeres de su familia. Ha de hacer algo extremadamente excéntrico.


Charlotte Salomon, gouache nº 18. Franciska: En el cielo todo es más bonito que en la tierra, y, cuando tu madre sea un angelito, bajará y llevará a su conejito, llevará una carta en el que dirá como es el cielo. Como es todo allá en lo alto del ciel… Con la melodía “Am Weihnachtsbaum die Lichter brennen”. Texto incompleto.

En Vida? o Teatro? narra supuestos hechos de su vida, empezando por el suicidio de su tía Charlotte, la boda de sus padres, su nacimiento, el suicidio de su madre, el viaje a Roma a ver a sus abuelos, lo que le llevará a conocer la obra de Miguel Ángel, la Capilla Sixtina, la segunda boda del padre con la cantante lírica Paula Lindberg, su amor por Alfred Wolfsohn, profesor de canto de su madrastra, la muerte de su abuela, su vida en la Costa Azul, antes de ser enviada a Auschwitz, con su marido, donde morirá nada más llegar. Todo ello bajo nombres  figurados, y rodeado por el aura maléfica de la llegada de los nazis al poder, lo que hizo en su momento que toda su familia abandonara Alemania. Charlotte pinta esvásticas al revés para mostrar su repulsa por lo que estaba pasando en Europa.
Y habla de otros hechos, de manera poco clara, como es del abuso continuado por parte de su abuelo materno, al que al final acabó envenenando con una tortilla.
Formalmente están realizados con una paleta de solamente tres colores y sus combinaciones, rojo, amarillo y azul. Muchas veces superpone hojas de papel vegetal, transparencias, donde añade comentarios explicativos, alusiones a composiciones musicales, citas, etc.
Charlotte asistió a la Academia de Arte de Berlín. Probablemente, antes de 1938, pudo conocer la obra de los artistas expresionistas alemanes, el arte moderno, la obra de Chagall, Van Gogh, Modigliani, en la Galería Nacional, y en el viaje que realizó en 1934 a Roma, conoció la obra de Miguel Ángel.


Su obra refleja todas esas influencias. Hay trabajos que recuerdan a manuscritos medievales, hacen referencia a Van Gogh, parecen que sus personajes vuelen y leviten como Chagall, de trazo expresionista. Todo complementado por las alusiones musicales, y los textos narrativos. También del cine ya que la secuencia de pinturas está estructurada como si fuera un “storyboard”.



Charlotte Salomon, gouache nº 20. “¡Pero a qué viene esto! ¿Cómo puede alguien envenenarse así? ¡Ah!  ¡Gracias a Dios no ha funcionado!…”. Texto incompleto. 

Charlotte cuando concluyó su proyecto se lo entregó al Dr. Moridis, quien en 1946, recién acabada la guerra, se lo entrega a Ottille Moore, una mujer que salvó y protegió a muchos niños judíos, y ayudó a sus abuelos y a Charlotte en el sur de Francia.
En 1947, los padres de Charlotte, Paula y Albert, huidos durante la guerra, regresan al sur de Francia para buscar a su hija y Ottille Moore les muestra los dibujos y se los entrega.
Posteriormente los dibujos pasan a formar parte del Joods Historisch Museum de Amsterdam, un total 1325 obras.
El título de Vida ? o Teatro? nos viene dado por el último dibujo del epílogo donde ella se representa en un paisaje, de espaldas, y con un lienzo transparente, todavía sin pintar, como esperando a ser rellenado por una nueva vida, una vida que enseguida acabará.
PD. A todas las mujeres, Charlotte Salomon nos legó, además de su obra, un padre, Albert Salomon, que fue uno de los principales médicos que dedicó su vida a buscar un método precoz de detección del cáncer de mama, lo que salvó muchas vidas a innumerables mujeres.
¡Descansa en paz Charlotte!

Charlotte Salomon, Vida? o Teatro?, Reial Monestir de Santa Maria de Pedralbes, Barcelona. Del 17 de octubre de 2018 al 17 de febrero.
Fotografías extraídas del Joods Historisch Museum de Ámsterdam.

Publicado en M-Arte y Cultura Visual