miércoles, 6 de marzo de 2019



LINA BO BARDI DIBUJA

               Sincretismo entre la Casa de Vidrio y la Fundació Joan Miró. Silla Bowl Bardi, 1951

Joana Baygual
Lina Bo Bardi (1914- 1992) fue una arquitecta italo-brasileña, que se formó en Italia, primero en Roma y seguidamente, durante la IIª Guerra Mundial, en Milán. En esta ciudad, debido a que en Europa, durante la guerra “no se construía sino que solo se destruía”. Trabajó en una revista, Quaderni di Domus, como editora junto a Gió Ponti e ilustró numerosas publicaciones con sus dibujos, diseños de muebles, y arquitecturas. Absorbió las corrientes modernistas que provenían del norte, la Bauhaus, las vanguardias surrealistas, el cine neo-realista, y además políticamente se sintió muy involucrada con el partido comunista italiano.
Acabada la IIª Guerra Mundial, en 1946, con su marido Pietro María Bardi, coleccionista de arte, y de quien tomó el nombre, decidió trasladarse a Brasil, un lugar donde muchos conciudadanos italianos habían emigrado, y donde, potencialmente, había un mercado para el arte, a diferencia de la destruida Europa después de la guerra.
Recién llegados a Brasil conocen a Assis Chateaubriand, magnate de la prensa y mecenas, que les convence para crear un museo de arte a la medida del MoMA de Nueva York, pero en Brasil. Concretamente en São Paulo, y allí se traslada el matrimonio, donde ambos trabajarán para ese nuevo museo de arte, el MASP.

                          Proyecto de diorama para el Museo del Instituto Butantã, 1964


Lina Bo Bardi en Brasil, desarrollará su polifacética carrera, diseñando exposiciones, construyendo, remodelando, adaptando espacios para nuevas funciones. Diseñando casas particulares, centros de arte, muebles, etc. Aprovechando todo lo que le podía ofrecer ese lugar, Brasil, lleno de energía,  para colmar su insaciable inquietud e interés. Y siempre pensando que la arquitectura debía estar al servicio de las personas, como creadora de espacios de convivencia y vida. Lugares lúdicos donde poder vivir, disfrutar y jugar, aptos para todas la edades. El arte y la vida estaban profundamente entrelazados en su filosofía de vida.
A Lina Bo Bardi, le interesaba todo lo que representara la creatividad, cualquier expresión de arte popular para ella era tan valiosa como las llamadas Bellas Artes. Por ello, cuando la invitaron a Bahía a dar una conferencia, descubrió la potente riqueza del arte popular de esa zona, el nordeste de Brasil, bastante desconocida para el resto del país. Entonces elaboró en si misma, una “Antropofagia a la inversa”[1]. Como europea, quiso asimilar e hibridarse de la cultura del país que le había acogido, y también presentar a ese país toda esa riqueza creativa, creando un museo, el Museo de Arte Moderno de Bahía, donde poder mostrar, estudiar y conservar  ese patrimonio. La arquitecta idealizó un museo-escuela, para niños y jóvenes, articulando lo erudito y lo popular buscando romper las barreras normalmente establecidas por los museos de arte[2].

                Instalación del Circo Piolín en el Mirador del Museo de Arte de São Paulo, 1972



Y todo lo que hacía lo planificaba a partir del dibujo, como una herramienta para plasmar todas sus ideas y los procesos de desarrollo de sus proyectos. En el Instituto Bardi Casa de Vidrio, en São Paulo, se conservan seis mil de sus dibujos.
Gracias a esta exposición en la Fundació Joan Miró, comisariada por Zeuler Rocha Lima, tenemos una pequeña parte, representativa, de este acervo. Cien dibujos, que descubrimos divididos en cinco temas: Las Plantas, Las Personas, Dibujar diseñando y diseñar dibujando, Ver y Vivir.

En Las Plantas, vemos la importancia que la naturaleza representó para Lina Bo Bardi, y lo que supuso enfrentarse con la frondosidad de la vegetación subtropical de Brasil, que la incluyó en sus proyectos arquitectónicos y en sus dibujos. Y también la influencia que supuso la obra de Antoni Gaudí en sus trabajos, incluyendo formas orgánicas, a raíz de su viaje a Barcelona en 1956.

                                            Vista de la exposición



En Las Personas, descubrimos como Lina Bo Bardi pensaba la arquitectura de forma muy teatral, donde las personas eran las protagonistas de la misma, no los edificios u otros elementos arquitectónicos o decorativos.
Le interesaban principalmente los individuos en estados de interrelación con otras personas, vinculándose unos con otros, conviviendo en los espacios.
Dijo: “Hasta que alguien no entra en un edificio, sube los escalones y toma posesión del lugar en una aventura humana que se desarrolla en el tiempo, la arquitectura no existe”.
En Dibujar diseñando y diseñar dibujando  y en Ver advertimos como su increíble curiosidad y permeabilidad producía escenificaciones de sus proyectos expositivos, probando nuevas maneras diferentes y originales de presentar las obras, sin ningún tipo de prejuicios creando nuevas asociaciones y lecturas.
Y finalmente, en Vivir, donde a partir de sus dibujos, y en la misma escenografía de la exposición, con puntales para presentar las obras, con la cartela detrás, colocados a modo de bosque transitable; con paneles informativos a la manera de cortinas, que dividen los espacios, y con un andamio para exponer otras obras, observamos como sus dibujos reflejaban su filosofía de trabajo, de concepción de proyectos y su inclusiva visión de la arquitectura vivida.
La exposición acaba con un documental que nos proporciona información complementaria para conocer la figura y la obra de esta mujer, Lina Bo Bardi.
Notas:
[1] Manifiesto Antropófago, Oswald de Andrade Revista de Antropofagia, Año 1, No .1, mayo 1928.
[2] OLIVEIRA, Albino. Museo de Arte Moderna de Bahia. Pesquisa Escolar Online, Fundação Joaquim Nabuco, Recife. Disponible en: <http://basilio.fundaj.gov.br/pesquisaescolar_es/>. 

Lina Bo Bardi dibuja, Fundación Joan Miró, Barcelona. Del 15 de febrero al 26 de mayo de 2019.

Publicado en M-Arte y Cultura Visual


CHARLOTTE SALOMON: VIDA? O TEATRO?


Joana Baygual

“Y se encontró frente a la pregunta de si suicidarse
o realizar alguna cosa extremadamente excéntrica”.
Charlotte Salomon
Hasta el 17 de febrero de 2019 tenemos la oportunidad de visitar en Barcelona, en el Reial Monestir Santa Maria de de Pedralbes, la exposición de la obra de una pintora desconocida para la mayoría de nosotros, hasta ahora.
Pero, ¿quién era esta mujer?  Se trata de Charlotte Salomon. Una mujer de origen alemán, judía, de familia acomodada; que nació en 1917 en Berlín y murió en 1943 en Auschwitz, embarazada de 5 meses, justo a su llegada al campo de exterminio.
La conocemos porque entre los años 41 y 42, en muy poco tiempo, pintó al gouache una inmensa serie de pinturas, 782, que hablan de ella y de su cortísima vida, aunque hay fragmentos que no han logrado ser comprobados.
Charlotte Salomon, gouache nº 47. Con la melodía “Ja, die Liebe hat bunte Flügel” (L’amour est un oiseau rebelle), vemos a Charlotte sentada en la cama. 




Podríamos pensar que el holocausto es una parte determinante de su obra, pero no es así. Lo que determina y caracteriza su obra, y lo que la hace valiosísima para todxs nosotrxs es que es una obra completa de vida; un proyecto que, estructurado como una obra teatral, con su prólogo, parte central y epílogo, nos explica su historia y la de su familia, rematando la narración de las historias mediante referencias a la música, textos, que nos ayudan a comprender la obra.
Muchxs tenemos comprobado y conocemos los efectos sanadores y catárticos del arte. Eso fue lo que le llevó a Charlotte a realizar esta obra, de una manera intensa y apasionada. Charlotte descubrió, a través de su abuelo materno, toda la secuencia de suicidios que existió en las mujeres de su familia materna. Su tía Charlotte Grunwald se tiró al río en 1913, su madre Franciska Grunwald se lanzó por una ventana en 1926 y su abuela se suicida en Niza en 1940.
Después de la muerte de su abuela, su abuelo le revela toda la historia de su familia, le dice que su madre no murió de gripe, sino que se suicidó. Esto le provoca tal trauma, se siente tan engañada, que requiere los servicios del Dr. Georges Moridis, que le recomienda pintar para sacar fuera y combatir sus miedos y demonios. No quiere enloquecer y acabar suicidándose como las mujeres de su familia. Ha de hacer algo extremadamente excéntrico.


Charlotte Salomon, gouache nº 18. Franciska: En el cielo todo es más bonito que en la tierra, y, cuando tu madre sea un angelito, bajará y llevará a su conejito, llevará una carta en el que dirá como es el cielo. Como es todo allá en lo alto del ciel… Con la melodía “Am Weihnachtsbaum die Lichter brennen”. Texto incompleto.

En Vida? o Teatro? narra supuestos hechos de su vida, empezando por el suicidio de su tía Charlotte, la boda de sus padres, su nacimiento, el suicidio de su madre, el viaje a Roma a ver a sus abuelos, lo que le llevará a conocer la obra de Miguel Ángel, la Capilla Sixtina, la segunda boda del padre con la cantante lírica Paula Lindberg, su amor por Alfred Wolfsohn, profesor de canto de su madrastra, la muerte de su abuela, su vida en la Costa Azul, antes de ser enviada a Auschwitz, con su marido, donde morirá nada más llegar. Todo ello bajo nombres  figurados, y rodeado por el aura maléfica de la llegada de los nazis al poder, lo que hizo en su momento que toda su familia abandonara Alemania. Charlotte pinta esvásticas al revés para mostrar su repulsa por lo que estaba pasando en Europa.
Y habla de otros hechos, de manera poco clara, como es del abuso continuado por parte de su abuelo materno, al que al final acabó envenenando con una tortilla.
Formalmente están realizados con una paleta de solamente tres colores y sus combinaciones, rojo, amarillo y azul. Muchas veces superpone hojas de papel vegetal, transparencias, donde añade comentarios explicativos, alusiones a composiciones musicales, citas, etc.
Charlotte asistió a la Academia de Arte de Berlín. Probablemente, antes de 1938, pudo conocer la obra de los artistas expresionistas alemanes, el arte moderno, la obra de Chagall, Van Gogh, Modigliani, en la Galería Nacional, y en el viaje que realizó en 1934 a Roma, conoció la obra de Miguel Ángel.


Su obra refleja todas esas influencias. Hay trabajos que recuerdan a manuscritos medievales, hacen referencia a Van Gogh, parecen que sus personajes vuelen y leviten como Chagall, de trazo expresionista. Todo complementado por las alusiones musicales, y los textos narrativos. También del cine ya que la secuencia de pinturas está estructurada como si fuera un “storyboard”.



Charlotte Salomon, gouache nº 20. “¡Pero a qué viene esto! ¿Cómo puede alguien envenenarse así? ¡Ah!  ¡Gracias a Dios no ha funcionado!…”. Texto incompleto. 

Charlotte cuando concluyó su proyecto se lo entregó al Dr. Moridis, quien en 1946, recién acabada la guerra, se lo entrega a Ottille Moore, una mujer que salvó y protegió a muchos niños judíos, y ayudó a sus abuelos y a Charlotte en el sur de Francia.
En 1947, los padres de Charlotte, Paula y Albert, huidos durante la guerra, regresan al sur de Francia para buscar a su hija y Ottille Moore les muestra los dibujos y se los entrega.
Posteriormente los dibujos pasan a formar parte del Joods Historisch Museum de Amsterdam, un total 1325 obras.
El título de Vida ? o Teatro? nos viene dado por el último dibujo del epílogo donde ella se representa en un paisaje, de espaldas, y con un lienzo transparente, todavía sin pintar, como esperando a ser rellenado por una nueva vida, una vida que enseguida acabará.
PD. A todas las mujeres, Charlotte Salomon nos legó, además de su obra, un padre, Albert Salomon, que fue uno de los principales médicos que dedicó su vida a buscar un método precoz de detección del cáncer de mama, lo que salvó muchas vidas a innumerables mujeres.
¡Descansa en paz Charlotte!

Charlotte Salomon, Vida? o Teatro?, Reial Monestir de Santa Maria de Pedralbes, Barcelona. Del 17 de octubre de 2018 al 17 de febrero.
Fotografías extraídas del Joods Historisch Museum de Ámsterdam.

Publicado en M-Arte y Cultura Visual

martes, 9 de octubre de 2018




Margaret Harrison y Miguel Amado en la presentación de la galería frente a Guernica /Aleppo

IT HASN’T CHANGED: AND BABIES? MARGARET HARRISON
Joana Baygual

El movimiento de las mujeres en el arte ofrece algo auténticamente nuevo: está de antemano comprometido con un cambio social real, lo que es la señal de un desplazamiento básico de los valores*.
Lawrence Alloway, 1975

Con esta frase de Lawrence Alloway se define perfectamente la obra de la artista británica Margaret Harrison (Wakefield, Reino Unido, 1940). Una artista cuyo trabajo refleja plenamente la sentencia de que el arte se vincula intrínsecamente con la vida, comprometida socialmente con las desigualdades, conflictos e injusticias de su tiempo y hace de otro lema, lo personal es político, una de las bases más importantes de sus trabajos. Por medio de sus obras, ya en los años 70, puso en evidencia que las desigualdades de género, en referencia a las mujeres, tenían mucho que ver con las desigualdades de clase, ampliando de esta manera la mirada a través del arte de los conflictos y luchas de su época. Por ello en 1970 fue la fundadora de The Women’s Liberation Art Group, movilizando a las mujeres artistas de su tiempo para reclamar sus derechos y su visibilidad.
Recordemos también que, en 1971, Linda Nochlin publicó su controvertido artículo «Why Have There Been No Great Woman Artists?», poniendo las bases de la reclamación de las mujeres por una revisión de la Historia del Arte, y un cambio de mirada en referencia al feminismo.

Anonymous was a Woman
Con Anonymous was a Woman (1977-1992) nos adentramos en la exposición de la ADN Galería. Una obra donde vemos los retratos varias mujeres representativas de su época, Rosa Luxemburg, Annie Beasant, Eleanor Marx, Annie Oakley, Bessie Smith, la novia de Frankenstein, Marylin Monroe y Janis Joplin, algunas de las cuales murieron violentamente por rebelarse frente a los límites tradicionalmente impuestos a su sexo, o a su “presunta” fragilidad frente a la presión social. Aquí Margaret Harrison se hace eco de las palabras de Virginia Woolf en Una Habitación Propia, con el título de esta obra, “Anónimo fue una mujer” (For most of history, Anonymous was a woman), reclamando la visibilidad para todas las mujeres que fueron barridas y borradas de la historia.
La obra que sigue, Women & Work, habla de las penalidades y desigualdades que sufren las mujeres en el mundo laboral, el trabajo en las fábricas. Las mujeres explotadas y cada vez menos presentes cuanto más arriba se está en el escalafón empresarial. Mujeres trabajadoras, que se deben dedicar a la prostitución para poder sacar a su familia adelante. O el trabajo en el hogar, muy mal pagado, sin seguridad social y sin un horario fijo. La cuestión de clase está íntimamente relacionada con la cuestión de género.
Seguidamente encontramos 12 dibujos de tamaño pequeño y mediano.
Entre ellos destaca Old Bunny Boy, He’s Only a Bunny Boy but He’s Quite Nice Really, (1971- 2010), la representación del magnate de Play Boy, Hugh Hefner, caracterizado como una conejita de Play Boy, con medias con liguero, tacones, orejitas de conejita, pechos prominentes y una “conejita” en sus partes nobles. Esta obra fue la que, en 1971, provocó que la policía irrumpiese en la Motif Editions Gallery, el día de la inauguración, por considerarla indecente. La exposición duró solamente 24 horas y el dibujo desapareció. Margaret Harrison sospecha que fueron personas de Play Boy porque había alguna presente en la inauguración.
Esta exposición la artista la definió como “anti-pornográfica”. Posteriormente realizó una copia de la obra que es la que podemos ver en la exposición actual. ¿Cómo era posible que a un hombre se le representara con los atributos femeninos, causando sorna y burlas entre lxs asistentes a la exposición? Margaret Harrison le dio la vuelta a la manera que el hombre en general utilizaba a la mujer, como un objeto al servicio del placer, subvirtiendo la idea y cosificando esta vez al hombre. Inaceptable para un cierto sector conservador de la sociedad.
¿Y todos esos “héroes” del imaginario del cómic, también travestido con atributos femeninos como el Capitán América, un personaje que representaba la masculinidad y el patriotismo? También inaceptable.
Podemos decir que estos ejemplos significaron un referente para la comunidad gay y queer. El género como una construcción social y por ello con posibilidades de ser alterado.
¿Una superheroína llevando a Supermán en el cesto de la compra? El hombre también se convierte en mercancía.
Un dibujo que representa al artista Marc Quinn y a la modelo Kate Moss, en la misma complicada posición de yoga, con la que él representó a Kate Moss en su escultura de oro Siren (2008), ambos como objetos intercambiables y ridículos.
En ADN Galería podemos ver alguno de estos ejemplos y otros como Allen Jones & The P.T.A. (Dolly Parton/Allen Jones “Table Sculpture”), 2010, donde dibuja a una Dolly Parton riéndose abiertamente de la mesa realizada en 1969 por Allen Jones, considerada en su tiempo como “ejemplo emblemático del espíritu de los 60”, pero también como ejemplo de “cosificación” de la mujer. ¡La mujer empoderándose de si misma! Las estrategias de los maestros del Pop Art, perturbadas y alteradas, en beneficio del feminismo.
En la sala grande tenemos otros ejemplos que reflejan la preocupación de Margaret Harrison por representar y visibilizar la violencia ejercida contra la mujer en cualquier circunstancia, pero principalmente en lo doméstico, en la intimidad. En Beautly Ugly Violence (2003-04) objetos de nuestra cotidianidad dibujados; unos objetos que pueden ser armas si se los utiliza de una manera diferente para lo que fueron creados, martillos, teteras, platos de la vajilla… cualquier objeto puede transformarse en un utensilio para herir y matar. El peligro está en el hogar y muchas veces no se hace visible hasta que no ocurre una desgracia. Estos dibujos están realizados sobre textos extraídos de declaraciones de participantes en un programa de reinserción social del departamento de policía de San Francisco, acusados de violencia de género.

Ya en gran formato, dibujado y escrito en amplias hojas de papel de carnicería, Margaret Harrison analiza y cataloga, cuales son las circunstancias, categorías de la religión, la política o en los sistemas económicos, que fomentan, predisponen y ocultan la violencia de género ejercida contra las mujeres a nivel global.
Por último, Guernica/Aleppo (2018), la producción más reciente de Margaret Harrison, donde hace un paralelismo entre la destrucción de Guernica y la reciente destrucción de la ciudad siria de Aleppo. Consiste en un tríptico donde en los laterales vemos representadas las ciudades de Aleppo y Guernica, y en el centro una representación de la famosa figura del Saturno de Goya devorando a sus hijos. En este caso no devora a un hijo suyo sino a Super Woman, y simbólicamente, a todas las mujeres que se resisten a ser dominadas. El patriarcado devorando a quienes le discuten su poder y su dominio. De esta obra surge el título de la exposición “it hasn’t changed: and babies?”, donde la historia tiende a repetirse y la humanidad parece que no es capaz de aprender de los errores.
Margaret Harrison se puede considerar una artista que consiguió que cambios sociales y políticos fueran posibles. Entre otras cosas consiguió que se revisara el salario de las trabajadoras por cuenta propia, que trabajaban desde casa por salarios miserables, por lo que la cuestión de ¿cuál es el papel del arte?, o ¿para qué sirve el arte? queda suficientemente contestada. En una entrevista a Anna McNay en 2016, para Studio Internacional, la artista dijo “creo que todo arte tiene un propósito educativo, de una manera u otra. Tiene la capacidad de ir mucho más allá del momento en que se muestra por primera vez”. El arte como motor de cambio social y de pensamiento.
Nota:* Lawrence Alloway: «Women’s Art in the 70’s», en Art in America 64, no. 3, mayo-junio de 1976, pp 64-72.
 Artículo publicado en M-Arte y Cultura Visual
Margaret Harrison, It hasn’t changed: and babies?, ADN Galería, Barcelona. Del 26 de septiembre al 24 de noviembre de 2018.

viernes, 12 de junio de 2015

JOAO LOURO- “I will be your mirror, poems and problems”


Pabellón Portugal –Bienal de Venecia 2015



I'll be your mirror
Reflect what you are, in case you don't know
I'll be the wind, the rain and the sunset
The light on your door to show that you're home
………..  
                             The Velvet Underground&Nico[1]  
                                                                                                                                                                                                                                               
                                                                                                    





La obra de Joao Louro, artista que representa a Portugal en la Bienal de Venecia 2015, lleva el título de la famosa canción de Velvet Underground, I will be your mirror,  “yo seré tu espejo” y está muy íntimamente relacionada con el discurso y el conjunto de obras que se presentan en la Biblioteca del Palacio Loredan de Venecia.

En un contexto como esta preciosa biblioteca, las obras de Joao Louro juegan a relacionarse de una manera muy acertada e incitan al espectador a participar de su desafío conceptual.

Louro en este proyecto hace un repaso a todas las inquietudes y convenciones culturales, las decisiones estéticas y sociológicas, que le han interesado desde el principio de su carrera.

El artista, a partir de la palabra nos reta a reflexionar sobre la importancia de las imágenes o de su ausencia; sobre la necesitad o la pertinencia, en nuestro mundo actual, de ese exceso de imágenes, reclamadas por todos, para comprender y percibir mejor lo que nos rodea. Analiza el significado, la necesidad de la imagen y la eficacia simbólica de la imagen y la palabra, utilizando su ausencia como estrategia para recordarnos, que muchas veces, la imagen nos engaña o se nos es negada, y para también recordarnos el papel activo que debe ejercer el espectador en la obra.


Marcel Duchamp decía “Sin espectador, no hay obra de arte” [2]. Para que exista una obra de arte debe existir un espectador que acceda a ella, que la descodifique, que la interprete, sino es algo estéril y un sinsentido. Es lo que nos pide Joao Louro y nos invita a descubrir la importancia del espectador en varias de esas obras como receptores de las mismas.

La primera de las obras con la que nos encontramos es “Waiting for someone, 2005”. Es una fotografía de gran formato donde el artista, en el aeropuerto de Miami, en el año 2005, esperaba la llegada simbólica de Walter Benjamin.               
                         “Waiting for someone”, 2005                                                                                               
                                                                                                               



Es la bienvenida que nos da el artista a su exposición y nos invita a recorrerla bajo este primer guiño o pista, la alusión a Walter Benjamin, como unos de sus referentes artísticos y conceptuales. (Ya teníamos un primer guiño con el título, clara alusión a la cultura de masas que nos bombardea día a día, y al pop art).

Nos da la bienvenida a Venecia, y a la Bienal, quizás también en referencia al comisario general de este año, Okwui Enwezor, cuyo proyecto se basa, en gran medida, en el dibujo de Paul Klee, [3] que perteneció a Walter Benjamin, Angelus Novus. O quizás no sea eso y se refiere a las reflexiones de Walter Benjamin en “Sobre la fotografía”, cuando habla acerca de la recepción del arte. [4]



En “Pequeña Historia de la Fotografía” nos dice “Se ha dicho que «el analfabeto del futuro no será aquel que no conozca por cierto las letras, sino quien no conozca la fotografía». Pero, ¿no hay que considerar del mismo modo analfabeto al fotógrafo incapaz de leernos sus propias imágenes?.”  Leyendo esta exposición seguro que podemos contestar esta pregunta.


Siguiendo el recorrido de la muestra encontramos dos obras que juegan con el lenguaje, I’ll be your mirror” y “Dead End”, ambas de 2015. Las dos utilizan las mismas estrategias para lanzar los mensajes que se nos muestran de una manera subliminal, en lecturas transversales y en subniveles más ocultos. Mediante el formato de carteles de autopistas, algo popularmente reconocible por todos nosotros, la letra de la ópera Yolanda de Tchaikovsky, que habla de la imposibilidad de ver o percibir, nos introduce en esta idea de la imagen ausente o invisible pero que se intuye detrás del lenguaje.

                                                       
                                                                                                      “Blind Images” #201, 2015    
                                                                              

En otra sala encontramos “Blind Images” 2015. Una larga lona negra que representa una enorme película fotográfica, donde la imagen ha sido anulada, suprimida, y solamente tenemos unos simples textos que nos describen lo que había en la imagen correspondiente.







Estas imágenes canceladas corresponden a las pocas imágenes existentes del escritor Maurice Blanchot, quien se preocupó siempre de preservar su intimidad y su imagen, no permitiendo que le fotografiaran. Mediante las palabras intuimos la imagen y el artista nos ayuda a entender que la distancia entre la imagen y la palabra no son tan grandes como podríamos pensar.
En otras “Blind Images”,  mediante la superficie negra reflejante, el espectador se inserta en la obra, entra a formar parte de la obra, mediante su reflejo, y se mezcla con esa imagen desaparecida y ausente de otros personajes históricos , como Arthur Rimbaud, que también se negó siempre a ser fotografiado.


                                                        

                                                                                                             “Blind Images” #199, 2015




Estas imágenes suprimidas son como “ruidos secretos”. La incapacidad de poder ver estas imágenes, por decisión del artista, nos recuerda a la obra de Duchamp “Ruido Secreto”, de la cual tampoco podemos experimentar la experiencia completa.[5]

Otra obra que habla del reflejo del espectador es “Scala-Specchio- escalera-espejo”, una escalera cuyos entre-travesaños se han anulado por espejos, que nos reflejan pero que hace inservible e disfuncional esa escalera de mano que serviría en otras circunstancias para alcanzar los libros de esta biblioteca. Quizás el artista quiera, más adelante, guiarnos en nuestras lecturas, sugiriendo él mismo lo que deberíamos leer.

“Mapa” 2015, es un mapa del mundo, en papel, situado en el suelo, en un rincón de una sala,  y arrugado. Un mundo desorientado y desconcertante, que más o menos podemos reconocer, donde las distancias se han acortado o se han deformado, se han creado nuevas vecindades, un nuevo mundo contemporáneo global.

Pasamos a otra sala y aquí tenemos algunas de las claves que descifran los referentes de Joao Louro y las obras anteriores. “Covers” 2015 son reproducciones en tamaño gigante de cubiertas de libros de autores que le han influenciado en su obra. Podemos ver obras de Flaubert, Beckett, Melville,… Con Melville, podemos entender muchas cosas. La cubierta es de “Bartleby, el escribiente”, [6] aquel que decía “I would prefer not”, prefiero no hacerlo; esa negación existencial, que llevó al pobre escribiente a morir de inanición, por elegir no hacer frente a hacer. Esos ausentes de las imágenes fotográficas de Joao Louro hacen gala del mismo espíritu y actitud que el escribiente de Melville.

Las enormes cubiertas están situadas junto a la pared, en una disposición circular y envolvente, que rodea la estancia creando una nueva ambientación que anularía, en parte, muchos de los títulos de las obras de la biblioteca, para resaltar los que el artista ha decidido señalar.

La propuesta se cierra como en el cine. Una enorme fotografía donde solamente aparece la frase “The End”, y así se titula la obra, del 2008, recordándonos otro de los imaginarios del artista como es el cine de Hollywood. Se despide de nosotros también invitándonos a formar parte de la obra con nuestro reflejo y acabar con un fundido en negro para desaparecer de la imagen y de la exposición.
















[1] http://www.vervemusicgroup.com/velvetunderground/releases/detail?id=11144



[2] Cabanne,P. Conversaciones con Marcel Duchamp, THIS SIDE UP S.L., 2013



[3] Benjamin,W. Angelus Novus. La Gaya ciencia, Barcelona 1971

[4] Benjamin,W. Sobre la fotografía. Pre-Textos, 2004

[5] Brea, J.L. Un ruido Secreto. El arte en la era póstuma de la cultura. Dialnet
[6] Melville, H. (2008) [1999]. Bartleby, el escribiente y otros cuentos. traducción, prólogo y notas de José Rafael Fernández Arias (2ª edición). Madrid:Valdemar.

[7] Melville, H. (2008) [1999]. Bartleby, el escribiente y otros cuentos. traducción, prólogo y notas de José Rafael Fernández Arias (2ª edición). Madrid:Valdemar.