domingo, 23 de marzo de 2014

La Mirada de la Mujer en el Arte




En estos días, en un periódico de Andorra, ha salido un artículo sobre el Maratón de Vídeoarte que estoy organizando para el día 29 de marzo.

El maratón se engloba dentro del Festival Miradas de Mujeres, que se desarrolla en España.
En el artículo, el periodista, hombre, se sorprende  de que se plantee la existencia de una perspectiva, unos temas, y unos géneros eminentemente femeninos en nuestro contexto y momento actual.

Esto me ha hecho reflexionar sobre el tema de la mirada de la mujer en el arte.
Lo primero que he hecho ha sido pensar en quienes sienten la necesidad de hablar de su condición de mujer, de sus interioridades , de sus tabúes… Estamos en el siglo XXI, en una sociedad global, donde todavía , en muchas sociedades la mujer está discriminada, y donde no tiene ni voz ni posibilidad de poder reclamar su condición. Me refiero a los países árabes, Sudamérica, Asia, Africa… Todas las mujeres artistas que viven en estas sociedades, y que tienen la necesidad de hablar de lo que sienten, de lo que les pasa, y de lo que ven, suelen tener problemas para poderlo hacer con libertad.
Y si consiguen hacerlo es porque han arriesgado mucho y necesitan que se les escuche. Nosotros, que vivimos en lugares donde, según algunos, no hay motivo para reclamar nada, yo como mujer lo que reclamo es un poco de empatía con todas esas mujeres que no son libres de poder hablar de sí mismas.

Si nos llegan obras de artistas que reclaman una visibilidad sobre sus historias, sus tragedias o sus denuncias, creo que lo menos que podemos hacer es respetarlas y escucharlas, agradeciendo no encontrarnos en sus mismas situaciones.
Si las historias nos llegan de mujeres occidentales que han sido testigo de esas  realidades entonces también hay que escucharlas. Son la voz de las sin voz.
Y si la mujer que quiere hablar y explicar su historia está muy cerca de ti, en tu ciudad, etc, también. Porque estamos rodeados de personas que necesitan decirnos algo.
Y si son artistas te lo dirán con sus obras.
Y si son mujeres no artistas te lo dirán  con su mirada y su palabra.
¿Y son los hombres los que nos deben decir de que tenemos que hablar?

En mi opinión sí que existen unos temas eminentemente femeninos. Pocos hombres artistas han tratado el tema de la maternidad. Dificilmente pueden sentir  y expresar lo que una mujer siente al ser madre.
Y una mirada femenina, también, pero existen tantas miradas como artistas existen.
Quizás la mirada femenina consiste en ver cosas que para los hombres no son importantes y valiosas pero que para nosotras las mujeres si que lo son.


Imagen- J. Baygual. Secreto a voces. 2012

jueves, 6 de febrero de 2014

Coleccionar obras de arte contemporáneo "inmateriales"


COLECCIONAR IDEAS




Coleccionar arte contemporáneo hoy día supone un ejercicio de responsabilidad, innumerables dosis de pasión, y de voluntad de vivir y participar en el presente. Podríamos decir que siempre ha sido así pero hay que pensar que hasta hace pocos años las obras se presentaban en formatos clásicos, con una tradición de siglos, si nos referimos a su conservación, exposición, producción, …. ¿Pero que ocurre en nuestro tiempo?
El arte contemporáneo dispone de innumerables maneras de ser producido, transmitido, comunicado, y expuesto por lo que las medidas tradicionales de conservación, almacenamiento y exposición ya no son válidas y se han tenido que repensar.
Las obras pueden llegar a nuestra colección en innumerables formatos (fotografía, vídeo, instalaciones, net-art, documentos y archivos, instrucciones..) y con materiales perecederos y muy fácilmente degradables, por lo que el coleccionarlos se considera una gran dosis de compromiso, por ser testimonios de un presente que en un futuro supondrá un pasado, una herencia. El coleccionista de este tipo de obras debería ser consciente que las condiciones de conservación, almacenaje y posiblemente exposición y comunicación van a ser muy diferentes a las condiciones que se requerían para el modelo clásico de obras de arte (pintura, escultura,..). Los formatos clásicos por supuesto también requerían unas medidas determinadas de conservación pero los nuevos soportes van a exigir unas condiciones en algunos casos más estrictas (películas en celuloide..). Por no hablar de cuando la tecnología se vuelve obsoleta y nos encontramos con el problema de sí es lícito que esa obra pase a otro soporte, etc. Una cosa importante a resaltar es que el antiguo oficio de restaurador-conservador ya no es válido a la antigua usanza y aparece una figura nueva que es experta en ciencia y tecnología.

Coleccionamos las ideas y nos dan unas instrucciones y condiciones, si es e caso que el artista nos permite volver a reproducirlas. El artista nos deja sus intenciones para que nosotros las preservemos para el futuro.
Dora García y Pierre Huyghe son ejemplos de artistas que representan este paradigma. Son artistas que trabajan con medios, y también con conceptos, ideas y en proceso, con la dimensión temporal y participativa muchas veces, como parte de sus obras. Sus trabajos experimentan con lenguajes, con textos (García), con elementos de la naturaleza, incluso animales (Huyghe), que como obras propiamente podrían ser una entrevista, una grabación, una mesa redonda, una instalación en un paisaje utópico, una teatro de marionetas o un texto pintado en la pared. Y lo que nos llega a nosotros, muchas veces después de su exposición, es una documentación, unos textos, vídeos, unas fotografías de ese acontecimiento.

¿Qué supone para el coleccionista poseer estas obras inmateriales, unas obras que ya posiblemente no van a estar colgadas en las paredes de su casa, dejando de lado el prestigio, de posesión o motivaciones más banales ? ¿Si yo pudiera poseer esas obras que me aportaría? Posiblemente la misma emoción que experimentaba hace cien años un coleccionista cuando se enamoraba de un Picasso. La misma pasión por haber experimentado la obra en el museo, la galería, la Bienal…. No olvidemos que muchas obras contemporáneas implican un nuevo modelo de espectador, y requieren una participación y una percepción, tanto emocional como física, mas allá de lo visual, lo que la huella que deja en nosotros podría ser mucho más profunda. Además hablan de nosotros y de nuestro ahora , y con unos medios a los que en el siglo XXI no podemos decir que nos sean ajenos.
Y desde el punto de vista de un coleccionista representa una labor generosa y valiente, un compromiso con la creación y con nuestro tiempo, que permite que todas estas obras de la más actual contemporaneidad puedan pasar a la Historia.
En el caso de estas obras “inmateriales” puede que el artículo de Martí Manem nos defina lo que nos aporta como consumidores o recepcionistas, Art is a meeting place for dialogue with no need of pre-defined codes.”y “Contemporary art… it is offering a space and time for freedom, where we, as consumers, are supposed to be an active part of this process.*



*Martí Manen -Guidelines. A process of modification. www.zerom3.net

Foto: Copyrigth autor texto